jueves, 16 de octubre de 2008

La Sirena Varada

Y me he enredado siempre entre algas,
maraña contra los dedos,
cierras la madeja con el fastidio del destino
y el mordisco lo dan otros...
encías ensangrentadas y miradas de criminales,
a grandes rasgos, podrías ser tu...

Echar el ancla a babor, y de un extremo la argolla
y del otro tu corazón. Mientras tanto, te sangra.
Y el mendigo siempre a tu lado. Tu compañero de viaje.
Cuando las estrellas se apaguen, tarde o temprano, también vendrás tu.

Duerme un poco más. Los párpados no aguantan ya.
Luego están las decepciones cuando el cierzo no parece perdonar.
¡Sirena vuelve al mar! ¡Varada por la realidad!
Sufrir de alucinaciones cuando el cielo no parece escuchar...

Dedicarte un sueño, cerrar los ojos y sentir oscuridad inmensa
entregado a una luz. Como un laberinto de incertidumbre
esquivas la pesadilla y sobre volar el cansancio y en un instante...
en tierra otra vez...

El miedo a traspasar la frontera de los nombres como un extraño,
dibuja la espiral de la derrota, y oscurece tanto halagos...
Solo en la memoria que se va...

Duerme un poco más, los párpados no aguantan ya.
Luego están las decepciones, cuando el cierzo no parece perdonar.
¡Sirena vuelve al mar! ¡Varada por la realidad!
Sufrir de alucinaciones cuando el cielo no parece escuchar...

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