martes, 22 de septiembre de 2009

De toros, Angustias, angustias y bebidas del diablo... (y II)

Pretendía dejar más tiempo entre una entrega y otra, por eso de hacerme el misterioso y vender más, pero me he dado cuenta de que mi blog no tiene publicidad, de que las visitas son gratuitas y de que el beneficio económico que saco yo de esto es muy muy muy muy cercano a cero. De hecho, es cero.

Bueno, ¿donde íbamos? ¡Ah si! La noche. Legen -wait for it- dary, legendary. Diría Barney Stinson de haber estado con nosotros. Claro que tambíen es cierto que de haber estado con nosotros se las habría ingeniado de vetetuasaber que manera para que la noche fuera diferente. Pero no te lies Iban, al meollo.

Como decía, mientras algunos cenaban en un muy buen restaurante lodosano, yo cene placidamente con mi primilla en casa. Llevaba ya bastante tiempo sin movil asi que los sudores frios, la comida de uñas, las contestaciones de mal gusto y los gritos fuera de lugar, iban haciendo acto de presencia. Menos mal que prima es una santa y no me cruzó la cara las 200 veces que me lo merecí. Decidí que era un buen momento para darme una ducha fria, limpiarme los dientes, discutir conmigo mismo sobre la ropa que debía llevar y enbadurnarme de un poquito de Le Male (Jean Paul Gaultier).

Para cuando me di cuenta ya eran las 00.25. ¡Ostia colega, corre que llegas tarde! ¡Tio, no tienes movil, si llegas muy tarde, se van a mover y a ver quien les encuentra luego! ¡Salí a toda ostia de casa. Corriendo por las callejuellas por donde a la mañana y a la tarde habíamos corrido delante del toro. Corri tanto, que me tropece con un perrillo que andaba vagando por ahí. Llegué tarde. Si si, despues de la machada, de llegar medio ahogado al paseo, de casi matarme por un charco y de dejar sin cola al pobre can, no sirvio de nada. Llegué tarde. Pero ellos más, asi que como si nada.

Primer pote en el Tubo. Agujero de Satanás donde los haya, pero con un encanto especial que ya empezamos a comprobar la noche anterior con aquel concierto de aquellos imitadores -muy buenos- de aquella banda de heavy mundialmente conocida. Su Ta Gar. Bueno eso, al Tubo en la primera. Heineken por favor. Siempre en verde. El resto cubatas. Alguno de ellos una autentica obra de autor. Sangre de punky se llama el rollo. Debe ser un destorni (Vodka+naranja) con granadina. Échale huevos. Buen pote. Empezamos ya a mover en body.

Entiende colega, que llevabamos años sin vernos y que bueno, si bien es cierto que me sentí muy comodo en todo momento, pues según pasaban los potes, el rollo iba mejorando. Me gusto sobre todo una cosa. Algo que no entendí y que como casi todo lo que no entiendo, se lo acabo echando encima a la diosa fortuna. Éramos una cuadrilla. Yo era un tio que no veía a nadie de los presentes desde hace mínimo cinco años -salvo honrosas excepciones con Gari en regatas-. o que incluso a uno de ellos lo conocí escasas 24 horas antes. Y me sentía comodísimo. Había muchísimo feeling. Olía a juerga legendaria. A una de esas que hacen afición. De las que acabas siendo adicto hasta que te das cuenta de que el clavo no compensa. Vamos que se sabía que aquel pedal iba a ser de los que no dejan a nadie indiferente. Amén.

Despues del tubo creo recordar que fuimos al Abaka. Se que estuvimos, pero el orden tal vez aparezca un poco distorsionado. Menea a gritos de "Primicio saca chorizo", Iran y yo bailando un pasodoble en la plaza, los padres de Gari por ahi viendo como hacíamos el mono, y yo no podía parar de reirme. Me sentía bien. Me lo estaba pasando bien. Bueno, como os decía el caso es que acabamos en el Abaka. Rock´n´roll que ya es hora. Heineken. ¿Que le voy a hacer? Soy un hombre fiel. Al menos con la cerveza. Echamos unas risas guapas viendo al Menea en acción, y el caso es que aún no me explico muy bien por que no se la ligo. La tia parecia querer. En fin.

Nos fuímos al Romero. No, no, no, no. Gari y yo sacamos pasta y luego nos fuimos al Romero. Guapa música. Sacamos un monton de fotos. Heineken. Era la septima o la octava. El ambiente se iba caldeando. Cada vez se sentía mejor rollo. Pero ya íbamos mangas. Y al salir del Romero para ir de nuevo al Tubo, nos encontramos con los aitas de la cuadrilla. Otra vez. Foto de familia, foto de equipo y al JODELO, que lejos de parecer una orden al destrozo de lo que pilles, significa Juventud Organizada de Lodosa. Menea tenía que currar en la txozna de 5 a 7 a si que allá fuimos. Que risas. El cabrón del Chimeneo tuvo la brillante idea de que ya estaba bien de Heineken y que a partir de ahora me iba a pasar al cubata. Que cojones, como los hombres. ¿Que es eso de tomar siempre cerveza? A las doce del mediodia esta bien, y tal y cual, y para merendar tambien y esto y lo otro, pero de juerga, a cubatas, baby. Y aquí llega uno de los momento cumbres de la noche. Maialen, no contenta con soltar el grito de ¡¿eres tonta!? se había quedado con las ganas de hacer alguna que otra maldad. Y me enseño la bebida del diablo. Vodka negro con Kas limón. Que bueno colega. La perdición. Te deja la lengua negra, pero también los chipirones y nos los comemos sin darle demasiada vuelta a la mollera.

Estuvimos como unas dos horas en el JODELO. Pintando las paredes y sobre todo descojonandonos de las pegatinas de fiestas que habían sacado. Unos sloganes bastante graciosos. "Yo no follo ni pagando", "Yo no follo a pelo (ni con condon)" "Haz el amor y no des guerra" "No soy virgen, pero hago milagros...". Muy grandes . Sacamos miles de fotos y yo me tome como tres o cuatro de esos cacharros, que claro con le Menea al otro lado de la barra, pues eran bastante baratos (0€)...

En fin, y asi que se nos fue la noche. Cubata p'aqui, cubata p'alla. Al final sobre las siete y media a desayunar a donde el primicio. Yo una napolitana. El chimeneo 2 bocadillos de jamón y queso... jajajaja.

Se me está yendo la inspiración y además quiero que participeis, asi que si me dejo algo, me lo dejais en los comentarios.

Por cierto, en breve cenita en Donosti!!!

Cuidaos corazones...

lunes, 21 de septiembre de 2009

De toros, Angustias, angustias y bebidas del diablo...

A veces las casualidades te llevan a vivir experiencias memorables aunque a primera vista no apostaras ni medio pimiento -nunca mejor dicho- por ellas. La semana de pasada me encontré en regatas con unos amigos. Me invitaron -obligaron- a ir a fiestas de Lodosa, algo que si bien en su día fui un habitual, hacía lo mínimo cinco años que no me dejaba ver por allá. Hasta aquí la introducción. ¿Pasamos a ver cómo ha ido el finde? A por ello.

Llego el viernes bajo un aguacero de mil pares. Joder, colega. Que manera de llover. El calentamiento global ha traído a la ribera las lluvias monzónicas. No me jodas, baby. Llover? Que va, te parecerá. El caso es que el viernes cuando llegue, cené en casa y salimos a dar una vuelta. Un triplete de Heineken y a casa, que no estaba el body para bromas, y al día siguiente había toro. A las tres, a casita. A planchar la orejita.

Me levanto a las diez y media del sábado después de haber dormido bastante bien, la verdad. Me meto a la ducha sin enterarme todavía muy bien de que iba la fiesta. La ropa me la había dejado planchadita la noche anterior así que hasta que no salí de la ducha y vi el pañuelico, el fajín y las zapatillas deportivas no me di cuenta de que iba al toro. Hacía tres años que no corría un encierro así que me puse un poquito nervioso. Curiosamente, me relajo ver a Menea a grito de parrapapapapa y toro toro toro!!! Me relajó un montón. Las cosas seguían siendo como siempre. Menea haciendo el bobo, Gari concentrado en la carrera y yo inquieto pero con ganas de ver toro. Nos pusimos donde siempre, en el pollo. Hubo un momento que parecía que olía mal, como a nervios que se dejan ver en los gayunbos. Ya sabeís a que me refiero. En el momento no dije nada, pero si. Fui yo. Se me pasó en seguida. En cuanto sonó el tercer cohete. Ya no hay sitio para el pánico. Solo para los nervios que suelen ser los que no te permiten ser más inconsciente de lo estrictamente necesario para ponerte delante de dos cuernos como esos. La verdad es que Gari y el menda nos echamos un par de carreras guapas. De las que hacen afición. De las que cuando ves que meten al toro en el camión, te entra un malestar en el cuerpo que solo se te va cuando vuelves a oír el tercer cohete unas horas más tarde.

El de la tarde no estuvo mal, aunque no cazamos cara como en el de la mañana, pero ya llegaremos ahí.

A mediodía, después del primer toro, nos marcamos un txikiteo guapo entre Menea, Gari y los tres, que acabo conmigo medio pa´llá, y yéndome a la siesta para evitar males mayores. Durante el txikiteo, aparecieron nuestras tres babys. Recordaba que las tres eran unos bellezones, pero el tiempo las ha hecho parecerse mas a unas Diosas semi mortales que a unas mortales endiosadas. Será cosa de familía. Difícilmente encontraremos a tres primas que aumenten el nivel de guapura en un bar a ese nivel. Incluso en el Tubo, aunque no se les vea, porque no hay ni un puto foco en todo el bar. ¡En todo el puto bar!

El caso es que después de la siesta, toro que te cae. Ya he dicho que peor que a la mañana pero también hubo carreras bonitas. Sobre todo esa de Maialen liándose a tortas con alguien porque no le dejaba correr bien. ¡Échale huevos! ¡Un bicho de 600 kilos a tres metros y una chavalita de 20 años a grito de ¡Eres tonta! contra alguna inutil! jajajaja que grande eres Maialen. Los hombres haciéndonos los machitos y Maialen descojonandose de nosotros a la puta cara. Que grande!

De ahí, a seguir txikiteando, y a ver el partido de Osasuna. Que desastre de partido. Del partido a casa a cenar. Y de cenar en casa, a la juerga.

Pero eso se merece un capítulo aparte. Mañana, ok?

Cuidaos corazones!