sábado, 10 de noviembre de 2007

Historias preciosas, dramas personales y finales felices

Charlaba esta tarde con un gran "no" amigo mio -distinto del de los domingos sin pareja- sobre temas absolutamente absurdos hasta que me ha contado una historia que será de lo mas bonito que he oído desde Bambi o la aventura de desintoxicación de Diego Armando.

No voy a contar su historia ni hoy- ni nunca-, ni aquí -ni en ningún otro lado-. No porque la historia en si tenga nada que haya que ocultar o no se pueda soltar por la web en horario infantil. Que por cierto ¿hasta que hora es? Porque en la peli de esta tarde de Antena3 han follado como conejos después de comerse una tortilla de Viagra con ostras. Pero no es el tema. Prometo un articulo titulado porno en horario infantil.

El caso es que la historia era preciosa. Con sus momentos trágicos en los que son los dramas personales y no las dramáticas personas, los auténticos protagonistas de la historia. Momentos de autentica incertidumbre. Misterios tales que mi gran amigo Adrián Monk acabaría tirándose al primer cercanías que viera pasar a toda ostia. Porque de hecho es bastante absurdo lanzarse a un cercanías que esta quieto. Más que absurdo es inútil. Mas si tu objetivo es palmar.
Bueno, al tema. El caso es que la historia lo tiene todo para ser escrita, publicada -premio planeta incluido- y llevada al cine. Pero después de este indecente peloteo sobre lo bonita que es la historia -a 30€ la hora peloteo al Papa si hace falta- voy al grano de este post. Me he dado cuenta -lo hice hace tiempo, pero lo tenía escondido en un baúl de mi subconsciente, y no es el de Karina, para los peor pensados- de que muchas veces he dado -y creo que todos alguna vez-por hecho que una historia es idílica cuando al final ganan los buenos. Pero el caso es que por ensimismarme en la envidia -sana- de un final feliz he dejado de ver auténticas sub-historias que son verdaderamente apasionantes para lo bueno y lo malo. Sub-historias que serían historias en si mismas ni no fuera por que responden a un objetivo mayor que no es otro que la grandeza de todo el script. La unidad es mas que la suma de la partes, etc etc. Ya sabéis de que va el rollo.

El caso es que entre el comienzo de una historia -de amistad- hasta el final de esa historia -convertida ya en historia de amor- existe un viaje larguísimo hacía fronteras insospechadas y estaciones de autobús. Por que tío, si Cupido te la quiere liar, date por jodido. Y la insistencia, amigo lector. La insistencia es la que consigue que una historia -del talante o sentido que sea- progrese y evolucione hasta límites lejanos sin que acabe en la papelera de reciclaje de algún ordenador portátil, o en el porta papeles de algún editor hijo puta.

Valga este post de recuerdo a los personajes de esta historia y en especial al gran amigo que es quien me la ha contado. Sin tí la historia sería otra cosa, y el final diferente.

Un beso desde la estación

1 comentario:

Anónimo dijo...

gustatu zait gogoeta,


oso ona, momentuz, hoberena, sakonena.


por encima del paseo por el zoo, digo, por la concha.



PD: ya sé que aún esperas un texto del 'sup' igual de bueno que el tuyo para colgarlo en la red, pero, ya sabes... ¡ezta mu ocupao!